Un día cualquiera en mi cuarto.
La vida en las cárceles, es muy difícil, uno no se lo desea a nadie, ni siquiera a sus enemigos porque pienso que son inhumanas, no están hechas para re-socializar al hombre o a la mujer, sino que están hechas para torturar física y psicológicamente a las personas, Pienso que hay que mantener la moral muy alta y no entregar los principios y asumir la cárcel como una trinchera de lucha donde tienen que seguir floreciendo las ideas y seguirse preparando y educando para transformar el país. ¿Pero qué hablo? yo no estoy en la cárcel, estoy en la residencia de la Universidad Peruana Unión, un internado con costumbres de otro Planeta.